martes, 21 de junio de 2011

Que te llamen “nena” y te hagan el amor (aunque no es el verbo que utilizaría yo) salvajemente en cualquier esquina es mucho más estimulante que te llamen “princesa” y te preparen una cena con champán. Vamos, yo prefiero lo primero.

Entre el limpio y el sucio, prefiero el sucio, entre el malo y el bueno, prefiero el malo, entre el listo y el bruto, prefiero el bruto, entre el culto y el inculto, pues el que sepa menos, entre el afeitadito y con barbas zarraprastosas, el zarrapastroso, el pelito corto y peinadito o las greñas, pues las greñas, entre la camisita de rayas y el mono de obrero, pues el mono de obrero…cuanto más malas pintas, tatuados, peor vestidos, mejor. Es decir: cuanto más quinquis mejor y a ver si con un poquito de suerte pueden tener alguna tarita más.

 

Lo que a mi me gustaría sería que me raptaran unos malos, ex-cantantes de rock  y participar en un atraco, que me persiguiera la poli, enamorarme del más malo y más macarra y vivir en la carretera, en plan “Deprisa deprisa” o “Bonnie & Clyde”. Porque con los buenos ¿qué se  puede hacer? ¿la lista de las cosas que te vas a comprar en Ikea? ¿Planes para tu vida en común? ¿niños? No gracias…Yo prefiero vivir sin saber lo que me va a pasar mañana, y si puede ser sufriendo un poquito, mucho mejor. Como decían, los Chunguitos: “Dame veneno”

vogueitalia

sexoenchamberri*

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