
Las malas compañías son las mejores.
No paro de pensar en ti. quiero olerte. tocarte. no paro de pensar cuando me cogiste por detras, me agarraste fuerte, debajo del pecho y sin soltarme empezaste a darme besos por el cuello hasta que llegaste a mi boca. ahi ya habia cerrado los ojos. ahi ya estaba no a tres, sino a cien metros sobre el cielo. y seguimos besandonos...y besabas tan bien. Nos complementamos en todo y como no, tambien en los besos. Y yo reía, se me reían hasta los huesos, no me lo acababa de creer.
En la vida hay algo seguro aparte de la muerte y de los impuestos: por mucho que te esfuerces, por muy buenas que sean tus intenciones, cometerás errores, harás daño y te lo harán a ti, y si quieres recuperarte solo puedes hacer una cosa... perdonar y olvidar. Es lo que dicen. Es un buen consejo pero no es muy práctico; cuando alguien nos hiere deseamos herirle, cuando alguien nos trata mal, queremos tener razón. Sin perdón las cuentas pendientes no quedan saldadas, las heridas no cicatrizan, lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la SUERTE DE OLVIDAR.
La vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien. Pero nadie sabe cuando será el último dia, porque el mañana no le está asegurado a nadie, ya sea joven o viejo... Quizás deberías hacer lo que sientes hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso o incluso un « te quiero ». Porque nadie te recordará por tus pensamientos secretos sino por la sabiduría para saber expresarlos