Ya no hay tiempo, ya no hay marcha atrás, los minutos corren y no estás.
Ya no hay vida, ya no hay sueños, sólo heridas en mi recuerdo.
Donde fueses todo se perdió. No te guardo rencor, te guardo pena y aunque fuiste mi condena no hay mal que por bien no venga.
No miraré hacia atrás, no pararé otra vez en el camino, no perderé más tiempo contigo, he aprendido a no soñar.
Y le pido a Dios que te vaya bien, que te vaya bonito y no te vuelva a ver. Y le pido a Dios que te vaya bien, te acompañe la suerte… no te quiero ver.
Tú que fuiste mi condena, no hay mal que por bien no venga. La nostalgia me ha dejado de importar, las promesas se dejaron de cumplir, los sueños sólo fueron sueños…
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