domingo, 3 de octubre de 2010

¿Te acuestas con un Peter Pan?

Inmaduros y egoístas, su actitud es determinante en sus relaciones sexuales. El psicólogo catalán Antoni Bolinches estima que el 50% de la población masculina padece el síndrome del hombre que no quiere crecer

(INMA ZAMORA / MADRID)

Simplemente se niegan a crecer. Inmaduros e infantiles, sus carencias afectivas les pasan factura cuando dejan (al menos físicamente) de ser unos niños. Son los llamados «Peter Pan», hombres cuyo carácter está marcado por la inseguridad y que representan, según el psicólogo Antoni Bolinches, un 50% de la población masculina.

Fue en su día un comportamiento del todo inusual y que en los últimos años se ha visto pronunciado debido a determinados cambios sociales. No quieren madurar, son, en ocasiones, solitarios y sus carencias determinan su comportamiento. También en el sexo.

En su libro «Peter Pan puede crecer», Bolinches define cinco características definitorias del hombre Peter Pan: alto grado de necesidad afectiva, egocentrismo, poca resistencia a la frustración, escasa capacidad de autocrítica y dificultad para aceptar relaciones de igualdad con el sexo contrario. Para el psicólogo, «la mitad de los hombres son Peter Pan y su presencia afecta a la totalidad del sexo femenino». O lo que es lo mismo: todas las mujeres han tenido a un Peter Pan en su vida.

Dime con qué Peter Pan te acuestas...

El hecho de que se resistan a crecer o tengan una actitud egoísta e infantil no es sólo un problema social. Ciertamente, su comportamiento dominará sus hábitos sexuales, de manera que un Peter Pan nunca tendrá relaciones plenamente sanas. En este plano, Bolinches distingue cuatro tipos de hombres que encajan en este perfil:

Seductor: Sólo quiere gustar. Es agraciado y tiene un alto autoconcepto (opinión de sí mismo). Al tener éxito con las mujeres resulta ser mejor seductor que amante, no le importa dejar satisfecha a su pareja, sólo quedar complacido de su conquista. Seduce, pero le resulta indiferente si proporciona o no placer. A modo de ejemplo, si tuviera problemas físicos de índole sexual, como eyaculación precoz, ni siquiera les pondría remedio.

Narcisista: Tiene un buen físico pero no una buena opinión de sí mismo. Busca por ello chicas atractivas para reforzar su narcisismo. Sexualmente funciona mejor que el seductor, pues el narcisista se preocupa por dar placer y estar a la altura de su físico.

Intelectual: Satisfecho consigo mismo pero no con su cuerpo. Por ello utiliza su inteligencia para dominar psicológicamente generando así relaciones dominación-sumisión. Bolinches pone el siguiente ejemplo: «un narcisista nunca iría con una chica poco agraciada, el intelectual sí, pero se justifica por ello: no es guapa, pero funciona bien en la cama, pensaría».

Servicial: En palabras del psicólogo, «el mejor para la mujer». No está satisfecho consigo mismo, ni física ni intelectualmente. Por ello aprovecha todas sus posibilidades en el ámbito sexual y se esfuerza al máximo por dejar satisfecha a su pareja, ya que tiene miedo a ser abandonado.

Es, en opinión de Bolinches, la eterna historia: «Ninguna mujer quiere al servicial, todas quieren seguir siempre sufriendo por el seductor»

El número de orgasmos, clave

El «síndrome Peter Pan», una terminología aceptada en Psicología desde la publicación del libro «The Peter Pan Syndrome: Men Who have never grown up», de Dan Kiley, es rescatado ahora de la mano de Antoni Bolinches, quien, en su libro, no sólo determina las causas y características de este tipo de perfiles sino que aporta también las soluciones a un problema que «se ha extendido de manera sorprendente en los últimos años».

«Los hombres se autoafirman en función de los orgasmos que producen»

Las causas son múltiples, pero la que más destaca es el cambio en el comportamiento sexual de la mujer. «El hombre tiene miedo a no estar a la altura, quiere cumplir en la cama y eso puede provocarle frustración». Además, Bolinches da la clave para localizar el problema: «hay hombres que se autoafirman en función del número de orgasmos que provocan a la mujer, se dedican al sexo más de lo que quisieran. Tienen buena fe y se empeñan en que ella disfrute». Si esto ocurre, evidentemente hay un problema: «es fatal sexualmente porque con el tiempo el hombre tendrá inhibición del deseo sexual, algo mucho más difícil de solucionar». La única clave para evitarlo es «encontrar el término medio en el que ambos queden suficientemente satisfechos».

La mujer que acompaña al hombre Peter Pan es imprescindible para su recuperación. «El hombre necesita una mujer madura que le de suficiente amor, refuerce su comportamiento y le haga comprender que tiene que evolucionar. Además de esto, tendrá que encontrar a una mujer que le convenga y le ayude a crecer».

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